Con una nota olfativa media, el aroma del Ciprés ayuda a recuperar el contacto con uno mismo, invita a la calma ya la reflexión aportando vitalidad y calma interior.
La esencia se obtiene por destilación de las ramas y sus principios activos son A-pineno y D-3 caroteno.
En la historia el Ciprés siempre ha sido muy apreciado. Para las civilizaciones de la antigüedad el ciprés era considerado un árbol sagrado, muy espiritual, un símbolo de la vida y la muerte a la vez. Por eso es un árbol que por tradición ha rodeado los cementerios. Con su elevación hacia el cielo y su crecimiento vertical representa la vida espiritual y ha sido considerada como símbolo de la inmortalidad. Pero el Ciprés es algo más que una planta simbólica. Los médicos de la antigüedad aconsejaban a las personas enfermas, tanto del alma como del cuerpo, que pasearan y estuvieran cerca de los cipreses, tocándolos para liberarse de sus propias angustias y soportar mejor los dolores de la vida.
Una de las principales indicaciones del aceite esencial de Ciprés es en el tratamiento de las enfermedades del aparato circulatorio.
Contra las hemorroides añade unas gotas de aceite esencial de Ciprés a tu baño de asiento, o bien preparate una mezcla diluida en aceite de Almendras para aplicarte directamente en la zona.
El Ciprés regula la circulación sanguínea y desinflama actuando como descongestionante venoso.
Precauciones
No ingerir. Evitar el contacto con los ojos. Mantenga fuera del alcance de los niños.
No se recomienda su uso durante el embarazo, período de lactancia ni en niños menores de 3 años. No es tóxico si se aplica por vía cutánea.
Composición:
Aceite de hoja de Cupressus Sempervirens